1. PENSAR EN UNA PERSPECTIVA DE FUTURO Y DE FUTURO
Identificar las tareas y operaciones más críticas.
Identificar tareas que tienen un impacto significativo en la organización.
Alinear las actividades con los objetivos de la empresa.
Comprender y evaluar mejor las prioridades
Priorizar los aspectos más críticos de la tarea y operaciones relacionadas.
Abordar los problemas críticos a medida que surjan
Sea flexible para adaptarse a los cambios.
Revisar periódicamente las prioridades y realizar cambios según sea necesario.
Pensar en una perspectiva futura y con visión de futuro.
Investigar nuevas tecnologías, nuevas tendencias y novedades del mercado.
Anticipar oportunidades y amenazas futuras.
Simular escenarios futuros confiables
Posicionamiento estratégico a largo plazo
2. AJUSTAR LAS ACTIVIDADES Y TAREAS CUANDO CAMBIEN LAS PRIORIDADES
Responder con prontitud a los cambios de prioridades y adaptar tareas y estrategias.
las actividades rutinarias.
Revisa y revisa constantemente tu lista de prioridades
Adáptese rápidamente a nueva información o escenarios
Ajuste rápidamente sus tareas cuando cambien las prioridades
Adaptar estrategias en función de contextos cambiantes.
Reasignar tareas en relación con nuevas prioridades.
Aprovechar las oportunidades de formación
Estar motivado y decidido a afrontar nuevos retos.
Saber afrontar retos difíciles
Demostrar determinación personal
Comunicar objetivos claramente
Capacidad para motivar y ser motivado.
Generar compromiso y sentido de pertenencia
Compromiso constante con la mejora personal y profesional.
Construyendo una «Cultura del Desafío»
Realizar múltiples tareas de manera estructurada y eficiente.
Utilizar herramientas de gestión del tiempo y la actividad.
Divida proyectos complejos en fases e hitos
Establecer plazos realistas para cada fase del trabajo.
Administre múltiples tareas simultáneamente asignando tareas a los colaboradores
Reasigne rápidamente recursos y temas en caso de cambios
Revisar los procesos y flujos de trabajo periódicamente.